Distinción "Hrant Dink 2010" a Juan Bedoian y Olga Cosentino

 

Distincion Hrant Dink 2010 (27)El Consejo Nacional Armenio de Sudamérica homenajeó ayer jueves 1 de julio a los periodistas Juan Bedoian y Olga Cosentino por sus trayectorias en defensa de los Derecho Humanos y las instituciones republicanas y en agradecimiento a la constante solidaridad con la causa armenia.
El acto se realizó en la Asociación Cultural Armenia en horas de la noche y contó con la presencia de destacadas personalidades del ámbito artí­stico y cultural, como el Presidente de Argentores, Roberto » Tito» Cossa y el actor Manuel Callau, entre otros.

Luego de la proyección de un material audiovisual sobre la trayectoria de los periodistas distinguidos, el Señor Eduardo Kozanlian, secretario del Consejo Nacional Armenio se dirigió a los presentes. A continuación los agasajados hicieron lo propio expresando su agradecimiento por la distinción.

Juan Bedoian:«Desde hace tiempo se que el origen y el destino son inseparables, por eso mismo mas allá de mi trabajo como periodista todos estos años, me parece importante rescatar la figura de mis padres armenios, de mi familia que me enseñaron a valorar en justos términos varios conceptos que quedaron marcados en mi para siempre: el sentido de la justicia, la generosidad y la solidaridad con los demás, la importancia del origen, de donde uno viene y el respeto por los Derechos Humanos». 

«Pero sé lo que significa ser un hijo de un armenio, se de las injusticias y canalladas que se cometieron en la patria de mis viejos. Y en esta en la que vivo en argentina de las atrocidades y los miles de desaparecidos de la dictadura, entre ellos mi hermana Marí­a.
Sé, me lo enseñaron, que un pueblo se necesita, que un pueblo quiere decir no estar solo, que la gente si en la tierra, sea en armenia o en Tucumán, hay algo nuestro que nos pertenece que nos aguarda». 


Olga Cosentino: «Me siento orgullosa de recibir un premio que lleva el nombre de Hrant Dink, este colega mártir que supo, turco precisamente de origen armenio, que supo cumplir una tarea que creo que es la que enaltece el oficio del periodista: haber sabido incomodar, haber sabido encontrar su lucha precisamente estaba dirigida a un supuesto reencuentro que era imposible de darse mientras no ocurra la asunción por parte del Estado turco de su responsabilidad en la masacre planificada que concluyó en el Genocidio del 1915 a 1923. Hrant Dink justamente, en su paí­s natal como turco de origen armenio, se dedico a esa tarea que aparentemente pueda resultar improbable pero, de todos modos, me parece uno de los grandes desafí­os de esta civilización que insiste en los exterminios y que insiste en las guerras y en las polí­ticas genocidas como lo hemos experimentado en nuestro paí­s; como hoy, en el dí­a de hoy sabemos que existen en tantos lugares del mundo, el periodista Hrant Dink aposto y jugo su vida en esto, aposto a un entendimiento final, a un modo de alcanzar lo que verdaderamente amerita la civilización».

Eduardo Kozanlian: «Para ejercer el periodismo crí­tico en un lugar como lo es el Estado genocida y negacionista turco, a la dosis de coraje cí­vico hay que agregarle una convicción y un amor por la verdad y justicia que va mas allá de cualquier lí­mite. El terrorismo de Estado turco llevó a Hrant Dink a la inmortalidad. Y su nombre se transformó en sí­mbolo de reivindicación histórica, de voluntad inquebrantable contra la tiraní­a reinante en su medio y faro para todos los amantes de la libertad».

Este reconocimiento al periodismo argentino que entrega el Consejo Nacional Armenio desde hace 9 años, a partir del año 2007 lleva el nombre de «Hrant Dink» periodista de origen armenio ví­ctima del nacionalismo turco, asesinado ese mismo año en Estambul-Turquí­a a la salida del periódico Agos del cual era director. Fue una de las voces más valientes e independientes en ese paí­s. Dio su vida por defender la libertad de expresión y los derechos humanos, en un paí­s donde es constante la violencia e intolerancia hacia las minorí­as, y que con respecto al Genocidio Armenio lleva adelante una polí­tica de negación.